jueves, 28 de febrero de 2013

El lector. Bernhard Schlink



El Autor: Bernhard Schlink (Bielefeld, 1944) ejerce de juez y vive entre Bonn y Berlín. Es autor de cuatro novelas policíacas acogidas con gran éxito de público y galardonadas con diversos premios. Después publicó El lector, que fue saludad como un gran acontecimiento literario tanto en Alemania como en sus 30 traducciones y se convirtió en un extraordinario best-seller internacional, un clásico moderno. Fue galardonada con diversos premios, como el Hans Fallada, el Welt de literatura, el Ehrengabe de la Sociedad Heinrich Heine, así como el Grinzane Cavour en Italia y el Laure Bataillon en Francia. Su libro posterior, Amores en fuga, confirmó su extraordinario talento.
 






Sinopsis:


Michael Berg tiene quince años y se está recuperando de una hepatitis cuando un día de regreso a su casa se encuentra mal hasta el punto de vomitar en plena calle y una mujer lo ayuda. La mujer, que tiene treinta y seis años, se llama Hanna y es revisora de tranvía. Unas semanas después, el muchacho, decide ir a su casa a agradecerle lo ocurrido, surgiendo entre ellos un idilio apasionado, en el que Michael, a petición de Hanna, en cada encuentro amoroso le leerá libros en voz alta. No obstante, la relación se va debilitando y un día Hanna desaparecerá sin más. El reencuentro de la pareja se producirá siete años después cuando Michael, estudiante en esos momentos de Derecho, está realizando un seminario sobre Auschwitz y, con motivo de ello, asiste a varias sesiones de un juicio contra cinco guardianas acusadas de haber matado a varias mujeres en un campo de concentración. Una de las acusadas, para su sorpresa resultará ser Hanna. Debido a la manera contradictoria en que la acusada se defiende, Michael llega a la conclusión de que es analfabeta, y que la vergüenza le impide confesarlo, circunstancia que actuará en su contra recibiendo la sentencia de cadena perpetua. Por otra parte, al no contarle Michael al juez lo que ha averiguado, provoca que se generen en él sentimientos de culpa. Para acallarlos, mientras Hanna está encarcelada, le enviará cintas con grabaciones de libros, pero solo eso, nunca le escribirá ni la visitará en la cárcel… Cuando Hanna está a punto de recuperar su libertad y Michael se ha comprometido a ir a recogerla y ayudarla, justo la noche anterior, se suicida.
 

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